viernes, 9 de septiembre de 2011

¿LA SOCIEDAD DE LA TENCOLOGÌA O DEL CABIZBAJISMO?



Por Edinson Pedroza Doria*

“El que no sabe que no sabe, es un necio, apártate de él;

el que sabe que no sabe, es sencillo, instrúyelo;

el que no sabe que sabe, está dormido, despiértalo;

el que sabe que sabe, es un sabio, síguelo.”

Proverbio árabe.

El hombre a través de la historia ha desarrollado la ciencia y la tecnología, entre otros saberes, con el objetivo de satisfacer no solo algunas necesidades vitales, sino también para el consumo hedonista, pues su intencionalidad es hacer de la existencia terrenal algo chévere y placentero, sin mucho sacrificio físico. Esa es la idea, realizar el menor esfuerzo en las diversas actividades.

El interrogante surge debido a una reflexión que me he hecho últimamente por las actitudes de mis estudiantes cuando están en sitios diferentes a las clases y se centran en aparatos como audífonos, celulares, Ipads y minicomputadores. Difícil y complejo abordarla de un tirón y darnos explicaciones absolutas, puesto que somos seres humanos y somos impredecibles. Además, pueden manifestar, ante la pregunta del qué hacen, que realizan sus trabajos o consultas, dándonos unos desparpajos inmerecidos. Sin embargo, no podemos evadir la pregunta sin detenernos a pensar el porqué se incrementa esta cultura o forma de vida, no obstante la utilidad de la tecnología.

Ante este planteamiento, el de valerse de ese “conjunto de conocimientos técnicos, ordenados científicamente, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de las personas”, ¿qué le queda a la sociedad? Ella ha hecho de la tecnología su ama y señora. Pero, su abuso indiscriminado está creando una cultura acrítica y perezosa mentalmente. El juego electrónico, el chat sin sentido, la escucha de música en audífonos, el abuso o manía de mirar constantemente el Blackberry o el celular, son apenas muestras de esa costumbre, que lenta y soterradamente se apodera de comportamientos humanos, creando una “cultura” generalizada de jóvenes distantes de la realidad-real, pero viviendo una realidad-virtual más llamativa para ellos, en apariencia.

Un grueso número de personas, sobre todo jóvenes, son esclavos y siervos del abuso de la tecnología; sometiéndose voluntariamente sin tener alternativa de salir de esa encrucijada, pues es su decisión y están en plena libertad de hacer lo que les plazca, sin que haya óbice para ello. Ni sus padres pueden hacer recomendaciones, ya que sería una afrenta para su libre desarrollo y su privacidad.

Habría que analizar lo que sucede actualmente con ese uso indiscriminado de la tecnología. Caso especial, la utilización del BlackBerry. El abuso de este aparato está creando una sociedad dependiente de él, que sería bueno llamar, “Sociedad de los cabizbajos”. Jóvenes acríticos que inmersos en el chateo o juego, poco a poco pierden el sentido de la realidad y se evaden, alienándose cada vez más de su contexto. Presas fáciles de una sociedad mercantilizada donde el tener es lo primordial, no importando el ser ni el “otro”. Cultura ególatra e insustancial por lo insensible ante los problemas del hombre y la sociedad.

Tal vez quienes crearon estos aparatos tecnológicos no lo hicieron para que existiese esa dependencia, sino para facilitar la comunicación entre aquellas personas que lo requerían. No obstante, la realidad es otra. El poco interés por la formación intelectual, por vivir la ley del acomodo y de la farándula, son sus ideales de existencia; igualmente, la falta de iniciativas por cambiar esa actitud, asumiendo un dejar pasar, dejar hacer, socavan la estructura de una sociedad en vía de desarrollo como la nuestra. ¿Estaremos por siempre metidos en la “cárcel del subdesarrollo”?, como decía el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri.

Se podrá argumentar que eso sucede en cualquier parte del mundo. Sí, es verdad. Pero no todos debemos estar en el redil que nos imponen. Cada nación crea la posibilidad de soñar una sociedad ideal y nosotros no podemos desechar esa premisa que la regla de la vida nos encomienda. No sé si me equivoque. El progreso de una nación está en la salud mental de su comunidad, en especial la joven.

Podrán caer rayos y centellas y expresarse que existen otros problemas más graves, pero esta dependencia genera duda y me hace pensar que así nos convertiremos en borregos de una tecnología hecha por otros para someter, pues como se dice “La actividad tecnológica influye en el progreso social y económico, pero su carácter abrumadoramente comercial hace que esté más orientada a satisfacer los deseos de los más prósperos, consumismo, que las necesidades esenciales de los más necesitados, lo que tiende además a hacer un uso no sostenible del medio ambiente. Sin embargo, la tecnología también puede ser usada para proteger el medio ambiente y evitar que las crecientes necesidades provoquen un agotamiento o degradación de los recursos materiales y energéticos del planeta o aumenten las desigualdades sociales. Como hace uso intensivo, directo o indirecto, del medio ambiente biosfera, es la causa principal del creciente agotamiento y degradación de los recursos naturales del planeta”.

Esa es la realidad y como seres autónomos, con el libre albedrío para pensar, sería bueno que comenzáramos a soslayar alternativa de solución a este grande y tremendo problema de salud mental y comportamental. Creo que desde la escuela, sin despotricar contra la tecnología, debería iniciarse un trabajo de concientización de los pros y contras de este flagelo universal: la cultura del “cabibajizmo”. Pues así como las drogas lesionan las estructuras sociales, esta cultura maniaco-obsesiva provocará su metástasis entre pocos años, haciendo de nuestra juventud una horda de insensibles y fríos seres humanos.

Pensemos con seriedad la escuela y la educación del siglo XXI



Reflexionando sobre la importancia de la escuela y la educación en la sociedad, comencé a analizar que aún en el país no hay una claridad meridiana sobre éstas, no obstante las múltiples percepciones e investigaciones sobre el tema. Todo se queda en buenas intenciones y del papel no pasan.
Actualmente se dan infinidades de capacitaciones, congresos, simposios y foros nacionales e internacionales, y aún seguimos sin tener una postura propia que posibilite aunar esfuerzos para trascender el pensamiento anquilosado del discurso insustancial de pedagogías extrañas a nuestra realidad. Sin descartar que el conocimiento deba poseer una visión universal que responda a la certeza y a la verdad que dignifique la condición del ser humano, no equivocamos constantemente. Pervivimos en un aletargamiento y nuestro discurrir es monótono.
Entonces, esas buenas intenciones no trascienden más y todo se diluye en el ocaso del olvido a través de normas y exigencias descriteriadas.
Las primeras preguntas surgidas y que deben ser respondidas por la sociedad, el magisterio y los gobiernos son: ¿Cuál es la verdadera función de la escuela: la enseñanza y aprendizaje de conocimientos disciplinares o suplir lo que otras instancias sociales no hacen o, por el contrario, les compete ambas cargas de responsabilidad? ¿Puede la escuela suplir funciones y falencias de los demás entes sociales para combatir el pandillismo, la drogadicción, el sicariato, la prostitución infantil y juvenil, entre otros problemas, por medio de planes y programas trazados desde administraciones descontextualizadas de la realidad?¿ No es esto mucha responsabilidad? ¿Entonces, dónde quedan los conocimientos básicos de los saberes disciplinares para que niños y jóvenes puedan aprender y generar un desarrollo socioeconómico y podamos tener una vida digna?¿Dónde quedan las responsabilidades de la familia, del estado, de la iglesia, de los medios y de la clase dirigente en la educación de las nuevas generaciones? ¿Si la escuela además de preparar para la vida, también es el espacio para la adquisición de los rudimentos del conocimiento científico, entonces por qué se desvirtúa con la súperexigencia a los maestros y directivos escolares de labores que se desbordan más allá de sus capacidades profesionales?
Se podrá afirmar que los retos de la época son estos, pero, en mi  opinión, la educación escolar y la labor docente se pierde, quedando a un lado su sentido y funcionalidad.
De otra parte, no hay que olvidar que el conocimiento generado actualmente en todas las disciplinas ha aumentado considerablemente por las diferentes investigaciones y descubrimientos. El profesional del ahora, ya no maneja la enciclopedia cognoscitiva de hace unas décadas; igualmente, los problemas de ahora no son los mismos de los niños y jóvenes de hace unas décadas atrás. Entonces, ¿por qué no dosificar las responsabilidades y comenzar a trabajar interdisciplinariamente desde y con cada área de conocimiento por la estructuración de una sociedad justa y equitativa? ¿Por qué no delegar esas otras funciones a quienes correspondan como entes sociales también comprometidos con la formación integral del individuo?
La cuestión, en mi concepto, es que no hay unos criterios bien definidos en las políticas estatales y todos los actores, sin saber sobre la materia, quieren dejar su rúbrica, haciéndose protagonistas de una causa que excluye a quienes deberían debatir sobre la temática. Es bueno que todos aportemos, pero quienes deberían discurrir en la materia son los maestros y quienes investigan la educación, la pedagogía, la sicología, el lenguaje, la filosofía, entre otras áreas humanísticas.
Lastimosamente en el país todos somos toderos;de allí que no haya un norte definido hacia donde podamos dirigir la barca. Aquí se requiere un compromiso social, ético y profesional, en todas las órdenes, que vislumbre y posibilite una transformación en el actuar de las políticas educativas.
Hoy se puede hablar de planes decenales, de programas para erradicar el analfabetismo, de padrinazgos internacionales, de menciones, premios, medallas y pergaminos rimbombantes de la educación, pero si no tenemos un sentido pertinente de lo que deseamos y cómo lograrlo, se hará imposible materializar los sueños de progreso y desarrollo, y el país seguirá sufriendo las consecuencias de administraciones técnicas superficiales, que no contribuyen al bienestar de las gentes que, al final, es la esencia de todo lo que se hace.




sábado, 23 de octubre de 2010

REFLEXIONES DESDE LA PEDAGOGÌA

Pensemos con seriedad la escuela y la educación del siglo XXI
Reflexionando sobre la importancia de la escuela y la educación en la sociedad, comencé a analizar que aún en el país no hay una claridad meridiana sobre éstas, no obstante las múltiples percepciones e investigaciones sobre el tema. Todo se queda en buenas intenciones y del papel no pasan.
Actualmente se dan infinidades de capacitaciones, congresos, simposios y foros nacionales e internacionales, y aún seguimos sin tener una postura propia que posibilite aunar esfuerzos para trascender el pensamiento anquilosado del discurso insustancial de pedagogías extrañas a nuestra realidad. Sin descartar que el conocimiento deba poseer una visión universal que responda a la certeza y a la verdad que dignifique la condición del ser humano, no equivocamos constantemente. Pervivimos en un aletargamiento y nuestro discurrir es monótono.
Entonces, esas buenas intenciones no trascienden más y todo se diluye en el ocaso del olvido a través de normas y exigencias descriteriadas.
Las primeras preguntas surgidas y que deben ser respondidas por la sociedad, el magisterio y los gobiernos son: ¿Cuál es la verdadera función de la escuela: la enseñanza y aprendizaje de conocimientos disciplinares o suplir lo que otras instancias sociales no hacen o, por el contrario, les compete ambas cargas de responsabilidad? ¿Puede la escuela suplir funciones y falencias de los demás entes sociales para combatir el pandillismo, la drogadicción, el sicariato, la prostitución infantil y juvenil, entre otros problemas, por medio de planes y programas trazados desde administraciones descontextualizadas de la realidad?¿ No es esto mucha responsabilidad? ¿Entonces, dónde quedan los conocimientos básicos de los saberes disciplinares para que niños y jóvenes puedan aprender y generar un desarrollo socioeconómico y podamos tener una vida digna?¿Dónde quedan las responsabilidades de la familia, del estado, de la iglesia, de los medios y de la clase dirigente en la educación de las nuevas generaciones? ¿Si la escuela además de preparar para la vida, también es el espacio para la adquisición de los rudimentos del conocimiento científico, entonces por qué se desvirtúa con la súperexigencia a los maestros y directivos escolares de labores que se desbordan más allá de sus capacidades profesionales?
Se podrá afirmar que los retos de la época son estos, pero, en mi  opinión, la educación escolar y la labor docente se pierde, quedando a un lado su sentido y funcionalidad.
De otra parte, no hay que olvidar que el conocimiento generado actualmente en todas las disciplinas ha aumentado considerablemente por las diferentes investigaciones y descubrimientos. El profesional del ahora, ya no maneja la enciclopedia cognoscitiva de hace unas décadas; igualmente, los problemas de ahora no son los mismos de los niños y jóvenes de hace unas décadas atrás. Entonces, ¿por qué no dosificar las responsabilidades y comenzar a trabajar interdisciplinariamente desde y con cada área de conocimiento por la estructuración de una sociedad justa y equitativa? ¿Por qué no delegar esas otras funciones a quienes correspondan como entes sociales también comprometidos con la formación integral del individuo?
La cuestión, en mi concepto, es que no hay unos criterios bien definidos en las políticas estatales y todos los actores, sin saber sobre la materia, quieren dejar su rúbrica, haciéndose protagonistas de una causa que excluye a quienes deberían debatir sobre la temática. Es bueno que todos aportemos, pero quienes deberían discurrir en la materia son los maestros y quienes investigan la educación, la pedagogía, la sicología, el lenguaje, la filosofía, entre otras áreas humanísticas.
Lastimosamente en el país todos somos toderos;de allí que no haya un norte definido hacia donde podamos dirigir la barca. Aquí se requiere un compromiso social, ético y profesional, en todas las órdenes, que vislumbre y posibilite una transformación en el actuar de las políticas educativas.
Hoy se puede hablar de planes decenales, de programas para erradicar el analfabetismo, de padrinazgos internacionales, de menciones, premios, medallas y pergaminos rimbombantes de la educación, pero si no tenemos un sentido pertinente de lo que deseamos y cómo lograrlo, se hará imposible materializar los sueños de progreso y desarrollo, y el país seguirá sufriendo las consecuencias de administraciones técnicas superficiales, que no contribuyen al bienestar de las gentes que, al final, es la esencia de todo lo que se hace.


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                                                                   EL ARTE DE SER MAESTRO
In memoriam a mis colegas y amigos: Olga Villegas Robles, William Salgado y Alfonso Rodríguez.
                           “¡De memoria!
Así rapan los intelectos como  las cabezas.     Así sofocan la persona del niño,
                                      en vez de facilitar el movimiento y expresión
                                      de la originalidad que cada criatura trae en sí;
                                             así producen una uniformidad repugnante
                                                y estéril
                                                y una especie de librea de las inteligencias.”
                                                      
 José Martí

                                                                                                            

¿Qué significa ser maestro? ¿Compromiso de convicciones profundas o mera alternativa de advenedizos sin vocación e intencionalidad pedagógica? Aparentemente las respuestas son múltiples, acordes a la formación y la posición política de quien responda. Sin embargo, en una sociedad mediatizada y globalizada, los profesionales de la educación, tal vez no poseen esas herramientas requeridas para configurar un ideal de individuo para la época, puesto que la realidad ha comenzado a ensancharse de tal forma que es imposible abarcarla de un vistazo y con la misma idealización de hace algunos años atrás. El aletargamiento del medio permite que haya un juego entre lo que se desea y las circunstancias del acto educativo, y lo que prima son intereses materialistas que confunden el arte de enseñar. Máxime en el comercio de la educación del siglo XXI.
Comencemos diciendo que el ser maestro consiste en hacerse un pilar fundamental de la sociedad y la cultura. No es cuestión de solución económica, porque no hay donde laborar y el único camino que queda, es ser profesor, profesión que cualquier instructor puede ejercer con lujo de detalles. No obstante, aún el maestro- puede leerse profesor- del aquí y del ahora, con contadas excepciones, no ha dimensionado su función socio-cultural por tener baja autoestima, o porque no se valora en su condición transformadora o por miedo a ser desaparecido por los fantasmas del amedrentamiento. Se ha acomodado y anquilosado en su rutina acrítica sin trascender en su quehacer.
No podemos olvidar que la educación es un acto político esencial y trae opciones para quien asiste a su praxis y el temor de quien maneja el poder. El maestro es un transformador por antonomasia. Educar es un arte y quien enseña, un artista; además de ser un rebelde contra el establecimiento.
Para ser maestro es necesario comprometerse consigo mismo y con el momento socio histórico; poseer una concepción amplia y profunda de la educación como arte y ciencia de conducir, guiar, liderar y orientar a niños y jóvenes. Este arte requiere sentido social, sinergia especial para que niños y jóvenes posibiliten una real transformación personal y social, no obstante la ideología de la inmovilidad del pensamiento pedagógico, subyacente en la sociedad.
Hoy, el pensamiento de no poder hacer nada ante el fatalismo de las políticas económicas y sociales imperantes, debilitan la resistencia de muchos maestros - léase profesor- que ven esfumarse sus esfuerzos en una cotidianidad inalterable y sin posibilidades para sus pupilos. La ética de mercado y la hegemonía de quienes empobrecen a la humanidad socavan las ideas de transformación e imponen sus ideologías a través de los medios, no beneficiando a la mayoría. La depredación de nuestra naturaleza, de nuestro planeta, es la piedra angular de comportamientos egoístas y desnaturalizados contra el mismo humano; no existe conciencia de grupo; la individualidad, el egoísmo permea el accionar de muchos.
Entonces, ser maestro compromete desde lo político, lo ético, lo pedagógico y lo epistemológico; por tanto, es una condición sine qua non para contrarrestar el poder hegemónico que no aceptará alternativas de transformación del establecimiento, ya que sería echarse la soga al cuello y perder sus espacios de poder. El magisterio es acción de rebeldía contra todo lo que atenta la condición humana. Es necesario resignificar el arte de enseñar con grandes ideas, valores y acontecimientos que encuentren en el hombre su sentido y significado. La escasez de percepciones dinámicas, que cambien la rutina reiterativa de enseñar para seguir en lo mismo, no debe imperar en las escuelas mientras haya maestros renovadores y conscientes con su función histórica; pues, “la educación es un proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de la belleza, capacitación científica y técnica”. Educación para la transformación de los seres humanos, indispensable y necesaria para una vida digna.
La búsqueda de un enfoque ético, que ponga a funcionar lo teòrico-pràctico del acto educativo en una “realidad inamovible”, vendida por las clases hegemónicas, sería el eje central de una pedagogía para la democracia. No es aceptable que el maestro niegue las injusticias y desigualdades que socavan la realidad donde ejerce sus actividades pedagógicas; ya que, la acción pedagógica debe estar inmersa en el reconocimiento del contexto. Educar conociendo el contexto es un principio epistemológico de una pedagogía dialéctica, reconocedora del diálogo y la contradicción como soportes de una educación liberadora, transformadora del hombre. Se sabe que a través de la violencia, la descalificación, la invisibilidad, el desplazamiento y el amedrentamiento, actos cotidianos y ejercicios del poder, amilanan las transformaciones soñadas desde el imaginario magisterial. La marginación, la falta de respeto hacia los derechos humanos, el acrecentamiento de la pobreza y la depredación del medio ambiente hacen carrera como cualquier acción benéfica para la humanidad. Por tanto, la toma de conciencia del maestro y de quienes educan es básica para contrarrestar la intolerancia y la exclusión. Conocemos la insensibilidad de muchos ante la mentira, el engaño, la calumnia, la injuria, la corrupción, el desplazamiento, la depredación de los recursos naturales; sin embargo, el maestro no encamina su quehacer hacia la ruptura del paradigma positivista del conocimiento, ese de las verdades inamovibles, olvidando que, la educación es un acto de quiebre, de toma de caminos hacia la materialización de sueños de igualdad que han movido a las grandes sociedades. Debe plantearse un discurso coherente entre práctica y teoría, que ahonde en un equilibro sociocultural. Como diría el pedagogo alemán Diesterweg “el mal maestro informa la verdad, mientras que el bueno enseña cómo encontrarla”.

La honestidad, la solidaridad, el respeto, la tolerancia, entre muchos principios, deben manifestarse consecuentemente por el maestro para contrariar la ética mercantilista, de oferta y demanda, del cinismo y engaño, manifiestos en las actividades de quienes dirigen la nación. Recuperar la esperanza como acción o necesidad del ser a través de la historia; pues, “si cancelamos la esperanza y el sueño, no habrá entonces una plataforma para, desde ahí, pensar los demás temas”.

Referencia bibliográfica
Ortiz, Ocaña Alexander Luis; Metodología de la enseñanza problèmica en el aula de clases, Ediciones Asiesca. Barranquilla, Colombia, 2004.
Martínez, Liliana; Educación liberadora del oprimido, Documento; Morón, Argentina.
Botero, Uribe Darío; El derecho a la utopía; Ecoe, ediciones, Bogotá, 1997.
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G.G.M, UN CARIBE MÀS ¿Y QUÉ?
Autor: Edinson Pedroza Doria*
“Caribe es como decir indio bravo.
Es una palabra de guerra que cubre la floresta
Americana como el veneno de que se unta el aguijón de su flecha.
Y así es el mar, .el viento huracanado levanta olas,
montañas vivas.
Y las revienta contra la playa, y las pasea tierra adentro,
haciendo saltar los árboles en astillas.
Después de una tormenta, los gajos de la selva
quedan flotando en el remolino de las aguas
como tablas de una goleta destrozada.”
GERMÁN ARCINIEGAS, Biografía Caribe.
Abordar esta exposición sin identificar la posición pedagógica de los maestros del Distrito de Cartagena sería una afrenta a ésta como ciencia  y como soporte del quehacer diario de muchos de nosotros. Pues el ser maestro, en este caso de una ciudad histórica como Cartagena y referenciada  infinidades de veces por Gabito, además de ser orgullo para muchos de nosotros, es un gran compromiso con nuestra identidad y con nuestras gentes; especialmente, niños y jóvenes.
En este Diplomado Cartagena de Indias: Conocimiento vital del Caribe, II Travesía por la Geografía Garcimarqueana, espacio de convergencia  y divergencia de saberes, ha habido un aporte valioso para la configuración de  un corpus epistemológico que, más tarde, podría servir para la interpretación de  la obra del hijo del telegrafista, de una manera más práctica y sencilla. Hemos tenido presente, entre las percepciones de sumo interés, la  más simple del mundo: la literatura está hecha para disfrutarse y ser leída con el cedazo del corazón, pues en ella va un pedazo de la realidad, sino toda, de quienes escriben y de quienes leen. Nosotros no desconocemos esa realidad, la vivimos en nuestras conversaciones, con nuestros saberes disciplinares, la mamadera de gallo, con nuestras clases y con nuestras esperanzas e idealizaciones de un país más equitativo e incluyente.
Creemos que ese Ser Caribe que permea nuestras vidas,  y que palpita en cada latido, en cada evocación de momentos, espacios, colores, sabores y olores, guardados en nuestra memoria ancestral, se materializa cuando Gabito escribe y universaliza   su obra.
¡Caribe! sí, Caribe. Caribe que sueña, que ríe, que piensa, que llora, que espera. Así de sencillo como esa palabra es nuestra existencia; llena de alegrías y tristezas milenarias, pero cargada de potencialidades que diariamente se van cristalizando con la sinergia característica de nuestras costumbres. Se tendría que vivir aquí, en este caribe multicolor y adormecido por la brisa marina, para comprenderlo y disfrutarlo; no obstante, su lucha constante contra la alienación sociocultural y económica.
¡Caribe! Mundo insondable, para quienes desconocen de él, pero tan tangible para quienes diariamente convivimos con él y en él. ¡Caribe inmarcesible!  donde lo mítico, lo fantástico, lo onírico, lo irreal y lo real pareciera mancomunarse con el comportamiento y las cosmogonías  de sus gentes, haciendo que hombres y mujeres se muevan con el vaivén de las olas del mar, respiren el olor rancio de sus calles, plazas, casas y parques. Caribe configurado por el sincretismo armonioso que subyace en cada uno de los instantes respirados  en la cotidianidad, enmarcados en las obras de Gabito, desde la Hojarasca hasta Memoria de mis putas tristes.
Decir Caribe es manifestar otras formas de interpretar el mundo, otras visiones, otras necesidades, otras dudas y otras querencias que trascienden la geografía política y se arraigan en aquellas afinidades históricas y culturales que nos hacen únicos en la diversidad. Pues, las Remedios, las Úrsula,  los Aureliano, las Pilar Ternera, los Santiago Nassar, los José Arcadio, los Melquiades, entre muchos otros personajes son metáforas conocidas por cada uno de nosotros, los caribeños,  que semantizan ese mundo contradictorio, pero significativo  por su encanto como manifestaba Graciela Maglia en su conferencia: García Márquez y sus contemporáneos colombianos.
Asimismo, hablar del caribe significa muchas  posibilidades de reencuentros con nuestras raíces, sin importar que el tamiz de la razón se presente o no. Por eso, cuando se intenta aproximar un poco más a la existencia caribe, a su Ser, pareciera que se alejara de nuestras manos y de nuestro conocimiento por su inexorable complejidad; así como lo hizo Remedio la Bella, elevándose a los cielos para representar la búsqueda de lo absoluto. Sin embargo, ese alejamiento es el catalizador de la constante averiguación por aquellos elementos comunes y prácticos que sirvan para una cooperación regional contra los tentáculos globalizantes  e imperialistas que priman en esta era de la cibernética y la informática.
Según el profesor Antonio Benítez Rojo, el caribe, además de aquellos discursos disciplinares, surgidos de investigaciones de más de dos décadas, que lo acercan y le proporcionan elementos argumentales en pro de la defensa de su identidad, requiere de algunas formas de integración  que, por supuesto, traerá ventajas económicas, políticas  y socioculturales para sus gentes, siempre que haya una idea integradora y sólida desde el pensamiento de sus hombres y mujeres; esto es, desde sus gobernantes e  intelectuales. Y el arte, en mi concepto, especialmente las obras de Gabito, entre muchas otras de literatos escondidos en los meandros del olvido, podría ser un eje y piedra angular integradores. Razón, más que suficiente, para abordar desde otras tipologías investigativas  aquellos referentes consustanciales a la identidad caribe. Esos referentes que subyacen en la espontaneidad, el dicharacho, el chisme, la exageración extremadamente hiperbólica, que desborda la magia y la fantasía, el jolgorio, el hedonismo, la ironía, el carnaval, la burla entre  otras, manifiesto  en todas las obras de Gabito, caracterizado en cada uno de los personajes de su obra hechos que nos hacen ser verdaderamente caribeños,  permitiéndonos ser seres únicos, con deseos y querencias diferentes son los elementos que, estudiados desde las polifonías conceptuales y teóricas van construyendo un nuevo enfoque didáctico- pedagógico ofrecido en este diplomado.

Es necesario resaltar que la hibridación existente desde los tiempos de la conquista es un factor de análisis que podría dinamizar los estudios históricos, antropológicos, económicos, políticos, literarios, culturales y lingüísticos, entre otros, para que haya un sentido del discurso caribe, que pueda defenderse desde la academia; un conocimiento vital de nuestra realidad que nos identifique como forjadores de un pensamiento sensible y crítico a la vez. El trabajo decidido y profundo, según el investigador Jorge Nieves Oviedo, ayudará a “Re-pensar nuestra territorialidad (…), incluye comprender que los nexos culturales, las alianzas económicas, los sueños compartidos y los esfuerzos por integrarnos no con los saludables pero intermitentes frecuencia de los seminarios y eventos similares, sino de manera permanente y consolidada, por encima de los límites de nuestros respectivos Estados-nación, es una realidad no sólo deseable sino también alcanzable”.
Se  considera, aproximándonos un poco más a la realidad del caribe colombiano, que la eterna descalificación de nuestra forma de existir y gozar la vida, que se ha convertido en un estereotipo excluyente, desobligante y bufón, tiene que cambiarse cuando los discursos creados en y desde nuestra costa caribe comiencen a validarse desde nuestro propio imaginario  y a demostrar que, más allá del folclorismo, el baile y la música, existen otros referentes interesantes de identidad que deberían mirarse con detenimiento y sinceridad; no basta con calificar de “ Costeños flojos”; “ Negros borrachones y juergueros”, “ Costeños mama burras(zoofilia)”, entre otras terminologías, para señalar y referenciar nuestras costumbres; pues, “ El eterno paisaje del mar nos ha hecho mirar hacia fuera, hacia el horizonte, es decir, ser un pueblo extravertido, sonriente y generoso con el forastero”, pero también un pueblo con potencialidades y aportes a la cultura universal desde la ciencia y el arte. Que la obra de Gabo ha hecho posible la transformación y la comprensión de lo que somos.  Tal vez por esto el apego de muchos extranjeros por quedarse en nuestras tierras y consolidar la identidad pluricultural de nuestra región.  Se le podría preguntar a Gerald Martin, el biógrafo de Gabito, si más allá de su interés por la vida y obra del autor,  existen otros aspectos del Caribe, especialmente de Colombia, que le hayan llamado la atención y hayan marcado su cosmovisión extranjera de la existencia y el conocimiento. 
De otra parte, los referentes sociolingüísticos, de los cuales se ha hablado aquí durante este periplo por una parte del Caribe, podrían contribuir a cristalizar un perfil de acercamiento a nuestra realidad simbólica y podrían ser una perspectiva para tener en cuenta cuando se hable de integración caribe, no obstante la diversidad idiomática o sincrética que existe en la región. Hechos lingüísticos que trascienden lo gramatical, que aborden lo semántico, lo pragmático, lo social y lo semiótico son estudiados por  semiólogos, sociolingüistas, sociólogos, gramáticos y filólogos de una forma científica para poder tener y mantener una magnifica herramienta con la cual combatir el saqueo, la opresión, el abandono y la pobreza. No basta con la búsqueda de las identidades y raíces, si no hay  unas verdaderas aspiraciones por edificar una propia manera de conocer desde nuestra realidad. Los discursos descontextualizados que subyacen en “trabajos e investigaciones” europeizantes y europeizados son importantes, pero no bastan para abarcar la realidad polifónica del Caribe, porque por  muy importantes que ellos sean, se requiere que haya un rítmo acorde y coherente con nuestros investigadores y sus verdaderas realidades; ellos son los que pueden acompañarlos en este proceso investigativo por cuanto,  han convivido con los problemas y han podido conocerlos de primera mano. De ahí, la necesidad de configurar una sociedad o grupo, de investigadores integrados por todos los extranjeros,  libre pensantes y sin limitaciones,  que puedan acrecentar el conocimiento y reconocimiento de nuestra región caribe. Nuestra grandeza estará en saber quiénes somos y hacia dónde pensamos llegar por nuestros propios medios.
Si Gabito y muchos otros escritores lo cristalizaron en sus obras, a través de esos discursos cargados de esencia identataria, por qué no hacerlo, desde otros trabajos que reflejen nuestra realidad cotidiana con todos sus matices. El Caribe es esencia emancipadora. Pero no basta con enunciarlo, se necesita decisión, acción y compromiso con el pensamiento. La infelicidad o felicidad de nuestra existencia estará inmersa en la percepción que se asuma de aquí en adelante con la anuencia de quienes vienen trabajando desde hace décadas por un discurso consecuente con nuestra realidad caribe. Parodiando a Benítez Rojos: “Y es que, para no exiliarnos irrecuperablemente necesitamos la idea de que pertenecemos a una gran patria, de que no navegamos solos; necesitamos la certidumbre de que individualmente hemos hecho parte de una gran historia y cultura colectiva; necesitamos, en fin, saber más de nosotros mismos,…”  Esa es la cuestión por analizar, abordar y concretar desde nuestras propias perspectivas, puesto que “atreverse a pensar es empezar a luchar” como diría Gabito alguna vez en su interminable cavilar escritural, recogido en su momento como frase de combate de la revista Alternativa.  
Pero ¿Cómo trascender pedagógica y didácticamente la experiencia de este espacio de encuentro disciplinar: Diplomado Cartagena de Indias: conocimiento vital del Caribe “II Travesía  por la geografía Garciamarqueana? Sería importante, primeramente, establecer una aproximación sintética a los lugares comunes, visiones, interpretaciones críticas, influencias que sobre la vida y obra de Gabito se han planteado en este escenario. Pues se considera  que las interpretaciones histórico-literarias, que se han contextualizado en sus reales escenarios, como ejes de su gran obra, deben constituirse, desde una perspectiva de acción pedagógica, en ámbitos prácticos de nuevos aprendizajes. Que nos permita una cabal comprensión del juego espacio-temporal, empleado por García Márquez, y que posibilite una interpretación más real a la carga simbólica, semántica y ficcional que subyace en sus obras.
Para los educadores del Distrito de Cartagena es fundamental retomar e investigar la obra garciamarquena, desde los elementos técnico-literarios, con sus respectivas categorizaciones analíticas y comenzar a resemantizar las fronteras conceptuales y generar ricas polémicas interpretativas que trasciendan los cánones establecidos hasta el momento, generando con ello una nueva forma de asumir la literatura, permitiéndonos una identidad caribeña que catalice la transformación que nos visibilice a todos y no a unos cuantos. Posibilidad que podría concretarse mediante el diseño y ejecución de la Cátedra de Formación  e Investigación permanente en la vida y obra de G.G.M como pilar de nuestra identidad caribeña, al alcance de nuestros niños y jóvenes. Pues, analogando la frase: “la literatura es la única prueba concreta de la existencia del hombre”.

Referencias Bibliográficas
-Benítez, Rojo Antonio; El caribe en el siglo XXI: Un proyecto de Investigación. Fondo de Publicaciones de la Universidad del Atlántico, 1999. Ponencia presentada en IV Seminario Internacional de estudios del Caribe.
-González, P. Marcos y Rueda E. José Eduardo, Compiladores: Investigación Interdisciplinaria: Urdimbres y tramas.  Colección Aula Abierta, Editorial Magisterio, Bogotá, 1998.         
-Nieves, Oviedo Jorge; Dinámicas de Campo en el Caribe Colombiano. Fondo de Publicaciones de la Universidad del Atlántico, 1999. Ponencia presentada en IV Seminario Internacional de estudios del Caribe. 
- Pedroza, Doria Edinson; Caribe ¿Y qué? Periódico El Universal, Magazìn dominical, julio 29 de 2007.
* Docente de castellano y Literatura del Distrito de Cartagena, Institución Educativa Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
(Se agradece la colaboración, sugerencias y recomendaciones de los docentes Alfonso Arce y Mapy May Ripoll)

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DEL FACILISMO A LA DIFICULTAD: UNA FORMA DE TRASCENDER LA PEREZA MENTAL DEL SIGLO XXI


“El hombre mediocre siempre culpa de sus fracasos a los demás;

el hombre superior se culpa a sí mismo”

Confucio.

Autor: Edinson Pedroza Doria

RESUMEN


No es fácil contrarrestar la manera como se acrecienta la cultura del facilismo o del menor esfuerzo en nuestra sociedad mediatizada; todo se ha ido diluyendo en una generalización soterrada de que ésta ha avanzado tanto, que las máquinas lo hacen todo por el hombre. Aunque esto sea verdad, sería bueno realizar una reflexión seria para no seguir negando las capacidades de cada uno de nosotros. La cultura del menor esfuerzo; la pedagogía del facilismo debe desaparecer de conductas y comportamientos en jóvenes y adultos de esta época. Ya es hora de mirar más allá de la existencia adormecida de nuestra sociedad donde los medios y la educación han jugado papel importante en el reinado de la abulia intelectual. Aquí se plantea de forma muy general la idea de catalizar acciones pertinentes y relevantes para no caer en la alienación e ir configurando una cultura del esfuerzo, que permita salir de la cárcel del subdesarrollo como lo dijera, en alguna oportunidad, Arturo Uslar Pietri.

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Actualmente, uno de los tantos y grandes problemas que enfrenta la formación escolar en todos sus niveles, está relacionado con la poca disposición tanto de padres, docentes y estudiantes por asumir la cultura del esfuerzo o, mejor decir, la pedagogía de la dificultad como parte fundamental en el proceso académico, puesto que empecinados en el facilismo, se han creado comportamientos soportados como normales en nuestra cultura intelectual. Tal vez ese problema radica en la incapacidad de unos y otros por no saber superar lo que los medios venden a través de sus programas cotidianos y que desdicen de la “mayoría de edad” que debe poseer el individuo cuando utiliza el entendimiento para diferenciar lo que sirve de lo que es lesivo a sus intereses. Programas alienadores y propiciadores de normas deschavetadas y acríticas, que socavan las estructuras culturales de la nación. Me atrevería a afirmar categóricamente, que el contexto cultural donde se desenvuelven nuestros jóvenes y adultos, ha hecho que no haya un norte definido para la movilidad social por medio del conocimiento, no obstante vivir en la sociedad de éste. Entonces, educar a hijos e hijas, con la concepción del sacrificio y el esfuerzo intelectual como elementos necesarios para la formación integral, forjadores de la personalidad sólida como valor fundamental para el progreso y desarrollo de una nación, choca con esos modelos sociales que los medios imponen o proyectan en sus programas, acolitados por el poder hegemónico de administraciones gubernamentales alienadoras. La sociedad adormecida o sorda ante las acometidas de quienes se elevan como sus defensores, se arrastra a su autodestrucción, imposibilitando su verdadero progreso.

Esta reflexión está encaminada a convocar esfuerzos desde la universidad para que la cultura, basada en la vida descomplicada y sin esfuerzo, que solo busca el placer, no importando el fracaso de unos y otros, sea desarraigada y se comience a gestar un accionar para una mejor disposición y fortalecimientos de una academia catalizadora del pensamiento y la creatividad como ejes sociológicos, cognitivos y cognoscitivos trascendentales que mejore el nivel de vida de una nación olvidada y oprimida por el abandono como señalaba alguna vez, García Márquez .

De lo anterior surge las preguntas ¿Cómo realizar una concientización para que la cultura del esfuerzo en nuestra academia, provoque la movilización colectiva a través del pensamiento, permitiéndonos unos mejores resultados en la formación de estas generaciones de hombres y mujeres? ¿Se dará la relación respetuosa entre realidad-academia sin hacer un acto de contrición serio, responsable y honesto desde la universidad? ¿Se posibilitará la acción investigativa cómo elemento transformador del quehacer cotidiano de la docencia, permitiendo una transformación en la percepción que se tiene de la educación profesional? Preguntas muy interesantes y complejas de resolver de buenas a primera por las implicaciones y connotaciones inmersas en ellas, puesto que asumir una sola postura obligaría a mantener una sólida perspectiva ante problemas con múltiples aristas. Según mi concepto, es bueno analizar que una educación normativizada con artículos y decretos facilitadores del menor esfuerzo, y sin una función específica para después del egreso, es un canto de sirena para los oídos de jóvenes con problemas de comportamiento y baja autoestima, sin motivación y sin un proyecto de vida definido de común acuerdo con sus verdaderos intereses.

No obstante lo anterior, considero que si hay una dosis de motivación y oportunidades reales para después de finalizar sus estudios, se podría enrumbar el camino hacia los objetivos y metas de una sociedad oxigenada con la sangre nueva de jóvenes profesionales, demostrándoles, eso sí, que la creatividad e iniciativa son las únicas herramientas con las cuales se puede acceder a posiciones de poder y movilidad. Pues “Hay que poner un gran signo de interrogación sobre le valor de lo fácil; no sobre sus consecuencias, sino sobre la cosa misma, sobre la predilección por todo aquello que no exige de nosotros ninguna superación, ni nos pones en cuestión, ni nos obliga a desplegar nuestras posibilidades.”, afirmaba Estanislao Zuleta en su Elogio de la dificultad, haciendo énfasis en la importancia de la creatividad como enriquecedora de la vida y el pensamiento.

En mi concepto, se podría trabajar desde la conciencia de los jóvenes para que le encuentren sentido a su estadía en la universidad, ya que si se les deja a un lado, sin desplegarles su imaginación a través del trabajo fuerte y exigente, se castraría su creatividad, propiciándose formas de decirles que también se puede crear sin esfuerzo colectivo cuando es todo lo contrario; el trabajo cooperado y dialogado con respeto es el referente con el cual se modifica el anquilosamiento intelectual. Ya el paternalismo académico tiene que acabarse y comenzar a vislumbrarse alternativas colaterales ante la abulia espiritual e intelectual de estudiantes, padres y profesores. Sin embargo, no es que se trata de incidir con nuestras propias frustraciones, sino en indicarles que cada uno tiene sus propias capacidades y que éstas pueden utilizarse siempre y cuando se desarrollen en las debidas proporciones; desarrollar aquellas competencias para que se generen transformaciones pertinentes.

Según los expertos, la motivación es factor determinante. Como diría el pedagogo: la pedagogía de la contrariedad es la vía más práctica. Hacerles ver que el esfuerzo si tiene sentido en la vida, en la formación. Nada es fácil en la vida, más cuando se está en una sociedad cuya información cubre todas las esferas y es necesario cambiar o estar preparados para la apropiación inmediata de ella como exigencia del aquí y el ahora. Igualmente, mostrar los beneficios del esfuerzo con ejemplos cercanos a la realidad, de aquellos que han llegado allí por sus capacidades y no porque se les haya regalado nada.

Considero que la propuesta de la denotada pedagogía de la contrariedad permitiría que el estudiante universitario se forje una idea del esfuerzo como sinergia alentadora para su desarrollo personal y social. “Confrontar las contrariedades en el proceso de aprendizaje le ayudará a salir adelante. Si no se esfuerza en solucionarlas nadie lo hará por él y esa es la realidad que hay fuera del ‘nido’. Si no encuentra obstáculos en el camino no aprenderá nunca a superarlos”, manifiesta el pedagogo con la contundencia de sus palabras llanas y sin tapujos conceptuales.

Él recurre al ejemplo de la bicicleta: “Cuando son pequeñitos, primero van en triciclo y luego pasan a la bicicleta con dos ruedas pequeñas de soporte. Pero, será necesario que los padres se dejen los riñones aguantando el sillín mientras corren detrás y que ellos se despellejen las rodillas de vez en cuando para que aprendan a ir a dos ruedas”. Con este ejemplo se patentiza aún más lo que anteriormente se manifestaba; se tiene que dinamizar la cultura del esfuerzo como aliciente para una mejor sociedad, desalienada y cultivada para el trabajo sistemático y práctico que motive la creatividad y la innovación.

Asegura el pedagogo Torralba” La cultura de la contrariedad es aquella que nos indica que si no se experimenta ni se van corrigiendo a través de la práctica crítica, las falencias, difícilmente se podrían superar. Combatiríamos de lleno la idea de la movilidad de un semestre a otros por la ley del arrastre". Ya es hora de trascender la ley del mínimo esfuerzo o la ley de la nota mínima para ganar la asignatura.

Pero a todo esto qué es lo que se propone con la reflexión. Quizá buscar un acercamiento más realista a esa problemática generalizada y soportada estoicamente por la gran mayoría para no tener que luchar con las contradicciones.

Por último, a manera de síntesis, recojamos lo siguiente: “el trabajo de educar es, esencialmente, un trabajo que corresponde al padre y a la madre. Actualmente, aún reconociendo la dificultad que conlleva conciliar la vida laboral y familiar, “hay una cierta tendencia a la dejadez y a delegar muchas veces esa tarea a la escuela: ‘Pago, ahí os lo dejo’”.

Fuentes bibliográficas:

ZULETA, Estanislao; Elogio de la dificultad, Fundación Estanislao Zuleta, 1998, Cali.

RUIZ, Víctor en Forum Libertas.


                                           VIAJE AL CENTRO… del conocimiento

Sè que serà un paseo interesante y placentero si lo deseas; pero, si te tensionas y te apresuras demasiado, de seguro no podràs disfrutarlo. Te aseguro que si lo afirmo es porque tengo la certeza de lo dicho. Sin embargo, hagamos algunas preguntas para iniciar y ponernos còmodos. ¿Sabes què es un proyecto de vida? ¿Què haces para que se vaya materializando a travès de los años de aprendizaje? ¿Còmo abordas los saberes y habilidades necesarios para configurar ese proyeto de vida? ¿Què estrategias utilizas para alcanzar lo requerido en tu formaciòn intelectual, social y cultural? Son preguntas que puedes resolver ahora o esperar terminar el paseo para que tengas la seguridad de lo que vas a decir. No te obligarè; sòlo te pedirè cordura y franqueza, puesto que serà lo que debes emplear en este rato de esparcimiento.
Sabes, es un paseo hasta chèvere para esta època. Creo que sòlo tienes la posibilidad de ser tù mismo, sin necesidad de depender de otros. La vida es asi y debes poner un poco de tì en cada acto de tu existencia. Recuerda: cogito, ergo sum. Ahora, aunque no alcances a comprender, estàs en tu minorìa de edad; pero no la cronològica, sino esa donde requieres de alguien que siempre te ilumine el sendero y lleve la antorcha que tù debes llevar con presteza, pero sin cortarte la alas de la libertad y autonomìa. Te aseguro que con este recorrido iràs hilvanando una a una las ideas y cuando regreses tendràs la oportunidad de meditar las respuestas y mañana podràs decir con holgura y gracia que aprendiste, por ti mismo, un camino importante para en tu existencia.
Bueno, entonces comencemos diciendo que no estàs en el lugar equivocado, sino en el punto preciso. Es un dìa como para sentirte seguro de tus capacidades y posibilidades. Sòlo pido paciencia e inteligencia para alcanzar los objetivos del paseo, que te solaces y aprendas, porque lo demàs lo sabràs comprender e interpretar cuando vayas lenta y seguramante por esos tortuosos caminos que hacen que la travesìa sea pesada, pero interesante.
Es un dìa radiante; el sol asoma su ardiente rostro con la vehemencia de siempre. Azota las playas que miran impàvidas las murrallas de esta ciudad, con la misma fuerza con que golpea la piel de los bañistas y transeùntes. No todos lo comprenden, pero intentan acomodarse a esa realidad. Te noto evasivo y pienso que no estàs muy seguro de lo que quieres. Quizàs debì decìrtelo, mas espero que sea mejor asì, para que te des cuenta de las capacidades que tienes y que aùn no has desentrañado porque temes fracasar. ¡Quièn no tiene temor la primera vez cuando se enfrenta a lo desconocido! Todos lo sufrimos. Se podrìa afirmar que es una necesidad que potencializa el deseo de demostrarnos a nosotros que somos capaces. Sì, el miedo es atàvico, nace con uno y uno lo lleva atado a los talones, es diferente al temor. Mientras el temor lo adquirimos, el miedo naciò con uno y està en uno, hasta en los tuètanos.
Mira còmo la gente camina presurosa e insegura de lo que desea. Nosotros, espero que tù lo confirmes, tenemos otros propòsitos con nuestro viaje. Los carros, el sol, la bulla, los colores de los vestidos de las mujeres nuestras, las del caribe, las hacen ver exòticas y màs hermosas. Los gritos se acumulan en esta historia que nos legò una independencia a medias; todo eso nos sorprende y nos hace amar lo que estamos haciendo. Le encontramos sentido a lo que hacemos; estamos motivados; disfrutamos aunque sea la primera vez que salimos a conocer este laberinto que està cerca de nosotros, pero tan lejos a la vez. Hay una intencionalidad y ponemos todo nuestro empeño en alcanzar el fin de nuestra excursiòn, disfrutamos de lo nuestro aunque intenten arrebatàrnoslo con cada transaciòn que se dè el los grandes hoteles.
Primera parada. Mira, siempre hay una perspectiva para abordar lo que se aprende. Èsta puede estar cimentada en la construcciòn autònoma o mediada por un maestro; otra por las mismas capacidades que tù posees y que has adquirido a traves de tus experiencias familiares, sociales, culturales y hasta cognitivas. Enfìn, tù pones en evidencias todo esto cuando aprendes; cuando aprendes habilidades para ejecutar X o Y actividad, actitudes y conocimientos que te serviràn en cualquier momento o ante cualquier situaciòn problèmica. Por tanto, la demostraciòn de todas esas facultades inherentes a tì, son la evidencia de que tù eres una persona capaz de servirte de tus propias competencias.
Te sorprendes. No sabes que estamos llegando al sitio de la segunda parada. Eso del aprendizaje ya fue abordado desde los tiempos inmemoriales de los griegos. No te rìas ni me mires con esa incredulidad; sabes, es bueno que dudes.Me parece lo màs recomendable cuando estamos ante lo desconocido. ¿Tienes sed? Es mejor tomarnos un respiro y desde aquì observemos como las palenqueras pregonan sus frutas y alegrìas. ¿Un coco frìo? ¡Claro! Y si es biche, mejor para hidratarnos y recuperarnos. Te sientes dèbil cuando no tienes la cantidad de lìquido necesario en tu organismo. Igualmente nosotros nos sentimos asì cuando no poseemos las herramientas bàsicas para independizarnos de quienes intentan imponernos sus saberes. No tenemos la capacidad de ganar conciencia sobre aquellos procesos presentes en nuestro aprendizaje. Condiciòn fundamental, si no lo sabìas, para alcanzar la plenitud y la utonomìa como seres independientes e inalienables. Por eso te hablo de tomar conciencia que te permita autodirigir y autorregular lo que aprendes, pero con la intencionalidad y el conocimiento de saber còmo trabajas cuando aprendes. Es decir, aprender a identificar cuàndo aprendes lo que quieres segùn tus intereses y necesidades. Yo dirìa, sin que suene a frase de cajòn: la metacongniciòn no es màs que el conocimiento del conocimiento para el conocimiento. ¿Raro, verdad? Pero es asì.
Mira, a lo lejos las gaviotas revolotean y buscan dejar su huella en el aire. Permìteme que te haga la siguiente comparaciòn. Como esa gaviota que se distingue en el horizonte, asì eres tù ahora mismo. Ella està iniciàndose en su libertad; està gestionando su propio saber para luego tener su plena libertad de gaviota; ya no dependerà de sus maestros ni del grupo en su totalidad; podrà avanzar, si alcanza su pulimento, por sì misma en su proceso libertario. Asì, con esa comportamiento deberìas tù realizar tu propio autodesarrollo; ser tù deberìa ser tu ideal. No puedes esperar que tu maestro te dè todo, te entregue todo porque te convierte en un paràsito, en un bueno para nada. ¡Cuànto me gustarìa que abrieras los ojos y te guiaras con tu propia luz; la luz de tu mente y tus capacidades! Debes hacer tus actividades con el interès y la motivaciòn que requiere la ejercitaciòn, tù conoces tus fortalezas y debilidades, luego entonces debes aprender a valorar, evaluar lo que haces para alcanzar tus objetivos. En pocas palabras, debes ser tu propio profesor. ¿De què vale que te entregue todo, si no haces nada por asimilar por tus rpopios medios?
Terecera y ùltima parada. Mira la arena; està blanca, mojada y caliente a la vez. Tres condiciones aparentemente incongruentes, sin embargo, relacionadas internamente la una a la otra. Veamos. Cada una adquiere su condiciòn independiente de la otra. La blancura por la cercanìa del mar y su salinidad; lo mojado por estar muy cerca del mar y lo caliente por estar en la costa. Asi se puede decir de manera sencilla que nos vamos haciendo de conocimientos cotidianos sin hacer muchos esfuerzos cognitivos. No debes olvidar que nuestra libertad està en la mente y cuando èsta se esclaviza a un lìder se deja estrujar como la naranja por el que hace el jugo, aunque esa es su funciòn en la realidad. Estar allì para ser estrujada. Me gustararìa que fueras mirando còmo las olas van y vienen para que comprendas el sentido de la vida; sin embargo, màs allà està la existencia. Desearìa que te hicieras la idea del eterno retorno que subyace en el aquì y el ahora. Es mejor que pensemos regresar, porque nuestro periplo culminò con el mensaje que el viento nos trae de las costas de màs allà de los mares. Quizàs sean nuestros ancestros que indican que todo lo que sube debe bajar màs tarde que nunca. Sòlo deseo que seas tù y puedas servirte de tus propias capacidades sin demeritar a tus semejantes, porque cada uno de nosotros es uno, pero muchos a la vez.

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martes, 17 de agosto de 2010

PRESENTACIÓN

OBJETIVO

Presentar los objetivos, razón de ser, logros obtenidos y metas del proyecto institucional de lectura y escritura de la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco.

INTEGRANTES

OBJETIVO

Realizar una breve presentación de cada uno de los miembros del grupo de lectoescritura de la institución.

TIPO DE DOCUMENTOS


  • Breves microbiografías
  • Fotografías
Hola, mi nombre es Edinson Pedroza Doria. Licenciado en Lenguas Modernas, especialidad Español-Francés de la Universidad del Atlántico; me especialicé en Metodología para la enseñanza del Español y la Literatura en la Universidad de Pamplona. Actualmente soy docente de Comunicación Oral y Escrita en los Programas de: Contaduría Pública y Producción Industrial. Soy amante de la Literatura en general; gusto de escribir y conversar con mis alumnos sobre cualquier tema.


Hola Mi nombre es Danis Eduardo Ruíz Toro, profesional en Lingüística y Literatura y Magister en Lingüística. En la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco oriento las asignaturas Comunicación Oral y Escrita y Metodología de la Investigación.

INVESTIGACIONES

OBJETIVO

Mostrar los avances y resultados de investigaciones realizadas por los docentes de Comunicación Oral y Escrita de la institución.

TIPOS DE TEXTOS



  • Artículos científicos




ACTOS DE HABLA INDIRECTOS EN LA COTIDIANIDAD: ASUNTO DE OSTENSIÓN E INFERENCIA

Danis E. Ruíz Toro

RESUMEN


En el siguiente texto se realiza una observación de los actos de habla indirectos que menciona Searle desde la óptica de la teoría de La Relevancia Propuesta por Sperber y Wilson (1986). No se trata de una mezcla de las teorías, pues hay conciencia de que son dos maneras distintas de abordar el uso de la lengua. Más bien, lo que se intenta es dar respuesta a un interrogante que Escandel (2003) retoma se Searle ¿Cómo le es posible a un emisor decir una cosa y querer significar un acto diferente y cómo el destinatario entiende ese acto de habla cuando la oración que escucha no lo significa? Para lo cual, se toma como base la teoría de La Relevancia en lo que refiere a la ostensión y la inferencia como actividades que desempeñan el emisor y en destinatario en la emisión e interpretación de enunciados, en este caso de aquellos que comunican actos de habla indirectos.

PALABRAS CLAVES

Comunicación ostensivo-inferencial, Actos de habla indirectos, destinatario, emisor, intención informativa, intención comunicativa.


INTRODUCCION

La vida de los seres humanos transcurre en un eterno ciclo de acciones, nacer respirar, observar, caminar, comer, etc. las cuales se llevan a cabo como cosas comunes sin nada más que la trascendencia de la normalidad, del hacer parte de un universo complejo que los obliga a estar ejecutando y participando en eventos. Por ello se diría que para los humanos vivir es actuar, es hacer cosas como resultado de su interacción con el mundo que le rodea.

En ese conjunto de quehaceres, sin negar la importancia de las demás, la acción de comunicar es una de las más trascendentes, pues a través de ella se intercambian informaciones con otros y se les da vida a las representaciones y conocimientos que se tienen de los objetos y fenómenos del mundo. Además ésta, actúa como una herramienta para la realización de otros eventos que no son netamente físicos, sino cognitivos: interrogar, informar, declarar, ordenar, reprochar, afirmar.

Ahora bien, lo anterior no quiere decir que los humanos sólo se comuniquen con el lenguaje verbal, se sabe que se pueden comunicar con señas, con la ejecución de un dibujo, con gestos y con otras cosas más que no son relevantes mencionar aquí. Sin embargo, no se debe desconocer que el uso de la lengua (oral o escrita) es el medio que con más frecuencia los humanos escenifican para interactuar con otros, intentar que alguien ejecute actos, que se entere de algo o que espere que quien habla realice una acción en un futuro. Así entonces, comunicar es también actuar, es vivir para llevar a cabo acciones con el ejercicio de la palabra. En tal actuación no solo se expresan cosas, también se hacen cambios en el estado del mundo inmediato en que se encuentran los que interactúan.

Para esos cambios, los interactuantes (emisor y destinatario) como personas reales que en virtud de sus conocimientos emiten e interpretan enunciados cuentan con un amplio repertorio de opciones lingüísticas ofrecidas por su lengua materna. Con las cuales, por una parte, pueden ejecutar actos de habla directos en los que hay concordancia entre la forma lingüística del enunciado que se escoge y la fuerza ilocutiva o significación que la persona quiere expresar. Searle (citado por Escandell, 2003: 63) Por otra parte; también pueden realizar actos de habla indirectos, en los que no concuerda la forma lingüística del enunciado con la significación que el hablante quería construir. Dicho de otra manera sería, no hay concordancia entre lo que se expresa con lo que se quiere comunicar en determinado momento (Escandell, 2003:70)

No quiere decir lo anterior, que quienes ejecutan actos indirectos, se hayan expresado mal o se hayan equivocado en la elección de cierta opción lingüística. Más bien, la inconcordancia entre forma lingüística y significación del hablante, nos dice dos cosas, primero, que no son las expresiones lingüísticas las que significan el universo, sino las personas que las usan. Segundo, que en la comunicación cotidiana, se llevan a cabo actos de habla indirectos, que como Lozano, Peña – Marín y Abril (1996) afirman: su valor de significación no depende de las características sintáctico–semánticas del enunciado como signo lingüístico, sino de la intención comunicativa del hablante en relación con el contexto (P.220).

Aclarado lo anterior, digamos que a los enunciados que comportan actos de habla indirectos es que se hará referencia en este texto, pues la comunicación cotidiana está plagada de ellos y quienes interactúan con ellos, pese a la no concordancia mencionada, la mayoría de los casos se entienden permitiendo con ello, que el acto de comunicar como una acción más de la vida cotidiana, sea eficaz y productiva.

Esta eficacia que se presume aceptada en este texto, lleva al interrogante que se plantea Searle (1975) el cual se retomará de la siguiente manera: Si como afirma Lozano et al. (1996) un acto de habla indirecto aparece cuando el enunciado parece tener cierta fuerza ilocucionaria pero de hecho tiene otra distinta (P. 207) entonces ¿Cómo le es posible a un emisor decir una cosa y querer significar un acto diferente y cómo el destinatario entiende ese acto de habla cuando la oración que escucha no lo significa?.”

Para dar una posible respuesta a este interrogante, se toma como base la teoría de La relevancia propuesta por Sperber & Wilson (1986) en lo que refiere a la ostensión y la inferencia como actividades que desempeñan el emisor y en destinatario en la emisión e interpretación de enunciados, en este caso de aquellos que comunican actos de habla indirectos. Cabe anotar que en el texto se hace alusión a autores como John Searle, Lozano, Peña – Marín y Abril, pero ésta no se hace con el fin de combinar sus opiniones con la teoría de la Relevancia, sino que se alude a ellos con el propósito de señalar cómo entienden el fenómeno de los actos indirectos y qué problemas les plantea éste.


La forma como se organiza el texto está dada por los siguientes subtemas:
1. El enunciado como estimulo ostensivo
2. El destinatario: de la inferencia y la relevancia
3. Conclusiones.

En el primero, se explica como el emisor utiliza enunciados en los que expresa una cosa para significar otra, con el propósito de crear un estímulo ostensivo que provoque un proceso de interpretación por parte del destinatario. En el segundo, se presentan algunas ideas acerca de cómo el destinatario realiza el proceso de inferencia a partir de una selección y ampliación del contexto que le permite interpretar el estímulo que expresa el emisor. Por último, en la conclusión, se señalan los aprendizajes alcanzados con el análisis de ciertos datos y se aclaran que tales aprendizajes, antes que puntos de llegada son puntos de partida para investigaciones más concienzudas sobre el tema.



EL ENUNCIADO COMO ESTIMULO OSTENSIVO


En la introducción quedó clara la pregunta acerca de cómo una persona dice una cosa para significar otra y cómo el destinatario de tal emisión podía comprender el acto de habla indirecto comunicado, si el enunciado que escuchaba literalmente significaba algo distinto. De aquí en adelante se intentará darle respuesta a este cuestionamiento y para ejemplificar las posibles explicaciones se tendrán como datos de análisis los siguientes enunciados:
“Edgardo hace frío”
“es tarde ya”
“Huele a gas”
“Hay que lavar el enfriador”
“Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa”
“Un baño sin vaciar, deja mucho que desear”
“El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”

Cuando en la comunicación cotidiana se usan enunciados con la intención de significar algo diferente, el asunto va más allá de la simple codificación/ decodificación de mensajes, se busca la interpretación para descubrir el sentido que el hablante quiso transmitir y llevar la comunicación a términos de felicidad, donde el destinatario pueda concluir: “A quiso decir X cuando emitió Y”.

Sin embargo, el alcance de tal felicidad no se da de manera sencilla, se necesita un proceso complejo que involucra tanto al emisor como al destinatario y el entorno en el que estos interactúan. Éste es denominado por Sperber y Wilson (1986) proceso de comunicación ostensivo- inferencial, consistente en la producción de un estímulo por parte de un emisor que hace mutuamente manifiesto para sí mismo y para el oyente que mediante dicho estímulo, él tiene la intención de hacer manifiesto un conjunto de supuestos (P. 195).

En dicho proceso, la ostensión la realiza quien cumple el rol de emisor, para lo cual parte de dos premisas cognitivas: primera, tiene la idea que su destinatario identificará el sentido que él está construyendo en relación con el código que comparten y con el entorno en que ambos se encuentran, es decir, cuando alguien se comunica, tiene en mente la representación que tanto la expresiones que emite, como los supuestos que el activa con su emisión, son manifiestos a todos los participantes en la comunicación. Segunda, la idea que con las opciones lingüísticas o extralingüísticas que elige, proporcionan a su destinatario evidencia de los pensamientos y supuestos que posee en relación con su entorno físico.

Así entonces, tanto las acciones de carácter lingüístico (afirmar, preguntar, declarar o prometer algo, cuando no es eso lo que se quiere significar) como las de carácter extralingüístico (señalar algo, moverse de determinada manera o hacer ciertos gestos faciales) pueden ser un caso de ostensión del emisor, pero él escoge la que considera más adecuada para hacer manifiestos determinados supuestos, esto es, representaciones del mundo real, y provocar cambios en el entorno cognitivo de su destinatario.

Tales supuestos se le han hecho manifiestos primeramente a él, lo cual se debe a la existencia de estímulos y fenómenos tanto externos como internos, que se le han vuelto relevantes porque le afectan a sí mismo y modifican su entorno cognitivo, de tal forma que activa representaciones que conceptualizan el mundo en ese momento.

En el caso de los datos que se anotaron al principio de este apartado, los supuestos parten de la influencia de fenómenos que ocurrieron en el entorno y estados propios del emisor o de los objetos existentes en el entorno, expliquemos: En “Edgardo hace frío” y “Huele a gas” los fenómenos hacer frío y oler a gas son manifiestos a quien emite estas expresiones y como estímulos activan básicamente los siguientes los supuestos:

En el primero, me incomoda esta temperatura, sería mejor subir un poco la temperatura, quiero que Edgardo apague el aire. En el segundo, emitido en una casa donde se hallan dos personas los supuestos podrían ser: me incomoda ese olor, sería bueno revisar de donde expele el olor a gas, alguien debe revisar la llave del gas.

De igual manera, en “Hay que lavar el enfriador” y en “Un baño sin vaciar, deja mucho que desear” el estado “de suciedad” en que se encuentran los objetos mencionados es un estímulo cuya relevancia se mide por los supuestos que activa sin mucho procesamiento, estos son: a) el enfriador está sucio, no es recomendable tenerlo de esa forma, alguien debe lavarlo. b) el baño está sucio, no está vaciado, su suciedad denota el desorden de sus usuarios, los usuarios deben vaciarlo.

También en “Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa” y “El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen” los atributos de la comida y del comportamiento, estimulan el procesamiento optimo de algunos supuestos que a su vez refuerzan otros, veamos: a) la comida es sabrosa, no conocemos el nuevo restaurante, sería bueno probar esa comida y conocer el nuevo restaurante, estos supuestos podrían reforzar este otro, el viernes es un buen día para salir, y visitar el nuevo restaurante sería un buen plan. b) un espejo refleja la imagen de quien se mira en él, el comportamiento es un espejo, el comportamiento refleja la imagen, esto reforzaría otro supuesto es mejor comportarse bien antes que mal para reflejarse mejor.


Claro está, estos no son los únicos supuestos que se activarían, ellos variarían de acuerdo a la capacidad cognitiva de la persona en relación con el entorno físico en que se encuentre. Sin embargo, tanto estos que se han anotado aquí como actividad introspectiva del autor, como los que no se han concebido, por el simple hecho de ser perceptibles, pueden asumirse como supuestos que se relacionan con los fenómenos que como estímulos han sido relevantes porque afectan el entorno cognitivo de los emisores de dichos enunciados. Al respecto Sperber y Wilson afirman: “un individuo posee supuestos que son manifiestos para él y otros que aún no ha concebido también lo son, pues algo puede ser manifiesto por el simple hecho de ser perceptible” (P. 56).

Ahora bien, lo interesante no es que al emisor se le hagan manifiestos unos supuestos como resultado del estímulo que generan ciertos fenómenos, porque esto es el punto de partida para que quien ha recibido el estímulo procese internamente la información que tiene y seleccione la forma de simbolizarla. Más bien, lo interesante sería que dicha simbolización hiciera manifiestos esos mismos supuestos al destinatario del acto comunicativo; es decir que el enunciado que se utilice, actúe como estimulo ostensivo para la ejecución de un proceso de inferencia y relevancia por parte de éste.

Lo anterior, a simple vista es más fácil de cumplir si se usan enunciados que expresan actos de habla directos, pero en los enunciados que comportan actos de habla indirectos en los que con una cosa se quiere decir otra, el panorama es más complejo. No obstante, la complejidad se soluciona porque en el proceso de ostensión, como primer momento para la interpretación de tales actos de habla, la responsabilidad está en manos de quien ejerce el rol de emisor, pues él al emitir tales enunciados debe escenificar una conducta ostensiva sustentada por tres cuestiones básicas.

La primera: exponer la representación de una intención informativa, ésto es, la puesta en escena de la intención de modificar directamente el entorno cognitivo del destinatario al hacerle manifiesto un conjunto de supuestos. (P.76-77). No obstante, para que esta condición pueda cumplirse, el emisor tiene que tener representados el conjunto de supuestos que pretende hacer manifiestos para el destinatario. Los cuales, surgen del estímulo que los fenómenos ocurridos en el entorno le causan.

Así pues, en los enunciados objeto de análisis se tiene consciencia de todos los supuestos mencionados, pero se tienen claridad de algunos que se quieren hacer manifiestos al destinatario. Por ejemplo, en “Edgardo hace frío” pueden tenerse claros los dos supuestos siguientes: sería bueno subir la temperatura y quiero que Edgardo apague el aire o cierre la ventana; en “es tarde ya” se tendría claro el supuesto: es hora de irse o de dormir; en “Huele a gas” sería el supuesto: se debe revisar la llave del gas; en “Hay que lavar el enfriador” se tendría claro el supuesto: quiero que alguien lave el enfriador; en “Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa” se tendría claridad de los siguientes supuestos, sería bueno probar la comida de ese restaurante y es viernes quiero que me invites a salir; en “Un baño sin vaciar, deja mucho que desear” se tendrían claros los siguientes supuestos, la suciedad del baño al no vaciarse, denota el desorden de sus usuarios, los usuarios deben vaciarlo; por último, en “El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”, el supuesto sería el siguiente: es mejor comportarse bien en los baños.

La segunda: escenificar una intención comunicativa, la cual según Sperber y Wilson consiste en la producción de un determinado estímulo con el objetivo de cumplir una intención informativa y con el propósito además de hacer mutuamente manifiesto que se tiene una intención comunicativa (P. 80).

Tal escenificación parte de un voto de confianza que hace el emisor hacia su capacidad de elegir cierta forma lingüística para representar su intención informativa. Esto en el sentido de que si lo que se quiere con estos enunciados es que el destinatario haga algo, lo mejor sería hacer un mandato, pero si no se tiene autoridad para mandar, entonces se debe creer que la realización de una acción lingüística diferente a “ordenar” (sea afirmar, declarar, interrogar) actúa como un estimulo que comporta esa intención informativa y realiza un cambio en el entorno cognitivo del destinatario.

La creencia anterior, no es ilógica, tiene su base en dos razones que señalan Sperber y Wilson, en primer lugar, a que ese enunciado utilizado como estímulo, contiene una información que se relaciona con el entorno físico y el supuesto nuevo que se activa con él, está en el contexto del destinatario, esto es, el conjunto de supuestos viejos que permiten interpretar un enunciado (P. 155). En segundo lugar, con el uso de enunciados que simbolizan actos de habla indirectos, la acción que se quiere que el destinatario realice en un tiempo posterior a la emisión de los mismos, no se impone; sino que al hacer su intención informativa mutuamente, el emisor hace igualmente manifiesto que el cumplimiento de su intención informativa está en manos del destinatario (P. 82)

Así entonces en los actos de habla que estamos analizando, el destinatario es quien decide si el acto es feliz o no, si apaga el aire, lava el enfriador, invita a salir a su esposa, evacúa el baño después de orinar, cambia de comportamiento, o, por el contrario no hace nada de lo indirectamente solicitado. La tercera y última se desprende de la anterior, ésta es que el enunciado que el emisor elija como estímulo debe atraer la atención del destinatario y enfocarla hacia sus intenciones.

Con los enunciados que expresan actos de habla indirectos, esto se cumple, pues cuando alguien emite algo en un entorno delimitado, solicita la atención de sus posibles destinatarios, es decir, sugiere que lo que está diciendo es lo suficientemente relevante para que merezca su atención. Relevante porque los supuestos que activa dialogan con los supuestos que el destinatario tiene en relación con el entorno y porque evidencian las razones que tiene el emisor para pensar que si él accede al acto que se le solicita indirectamente, actuará en su propio interés a la vez que con el de él.

Podemos concluir de esto, que los supuestos querer que Edgardo apague el aire, que alguien vaya a dormir, que alguien revise la llave del gas o que lave el enfriador, etc. no son desconocidos para los destinarios, por lo que la confirmación de las sospechas de los emisores depende del reconocimiento que los primeros hagan de las intenciones informativas de estos últimos, en respuesta a los enunciados que funcionan como estímulos ostensivos.


EL DESTINATARIO: DE LA INFERENCIA Y LA RELEVANCIA


Aclaradas las ideas acerca del papel del emisor en el proceso de comunicación ostensivo– inferencial, queda de fondo el interrogante sobre cómo el destinatario reconoce su intención informativa. Al cual se respondería, dado que el primero es quien realiza un proceso de ostensión, al segundo le toca llevar a cabo un proceso de inferencia, que consiste en la aceptación como verdadero de un supuesto tomando como base la verdad o probable verdad de otros supuestos, con el fin de encontrar la interpretación del enunciado. Sperber y Wilson (P. 90).

En este proceso, el destinatario intenta reconocer la intención informativa del emisor, para lo cual no solo identifica el supuesto explícitamente expresado con el enunciado, sino que también extrae de forma inmediata las implicaciones que éste pueda tener. De tales implicaciones, en el caso de los actos de habla indirectos, podría afirmarse, que son las que más interesan al destinatario, en el sentido, que cómo los enunciados no expresan literalmente las significaciones de los hablantes, entonces, el reconocimiento de estas últimas, es el resultado del hallazgo de las implicaciones que los supuestos tienen en un contexto.

Ahora bien, para la extracción de esas implicaciones, el destinatario cognitivamente elige y amplia el contexto que le permitirá interpretar el enunciado. Para lo primero, el destinatario escoge el subconjunto de supuestos viejos que se puede combinar con los supuestos nuevos evidentes en el enunciado que está procesando. Para ello, afirman Sperber y Wilson, recurre a los contenidos de la memoria del mecanismo deductivo (conocimientos asociables al nuevo supuesto) y a la información que puede extraerse de forma inmediata del entorno físico (P. 178).

No quiere decir lo anterior, que se elijan supuestos que no habían sido manifiestos para el emisor o que no se hayan expresado en la conducta ostensiva de éste; al contrario, se escogen aquellos que ambos pueden concebir o por lo menos percibir en sus entornos cognitivos, y que a su vez son relevantes al causar efectos contextuales en pro de la interpretación del enunciado.

Haciendo introspección, se diría que los contextos iniciales elegibles para los enunciados objeto de análisis de este texto, serían :
“Edgardo hace frío”

Contexto inicial
Marta siente frío
El causal del frío es el aire acondicionado instalado en este cuarto
Posiblemente, ella quiere que apague el aire

“es tarde ya”

Contexto inicial
Javier considera que es tarde
Cuando es tarde es necesario irse
Probablemente Javier quiere irse o quiere que nos vayamos

“Huele a gas”

Contexto inicial
Ana ha percibido olor a gas
Ese olor denota que la llave del gasoducto está abierta
Es recomendable revisar para evitar algún inconveniente
Ana quiere que revise la llave del gasoducto

“Hay que lavar el enfriador”

Contexto inicial
Papá sabe que el enfriador está sucio
Considera que es necesario lavarlo
Papá quiere que alguien lave el enfriador

“Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa”

Contexto inicial
Para mi esposa la comida del nuevo restaurante es sabrosa
Ir a conocer el nuevo restaurante y probar esa comida sería un buen plan para el viernes

“Un baño sin vaciar, deja mucho que desear”

Contexto inicial
Para la empresa Familia un baño sin vaciar implica suciedad
La suciedad del baño permite pensar mal de sus usuarios
Esta empresa quiere que los usuarios vacíen el baño después de usarlo


“El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”

Contexto inicial
Goethe considera que el comportamiento es un espejo
Como espejo refleja lo que somos
La empresa Familia, quien usa este texto cree que si nos comportamos bien nuestra imagen se verá bien
Ésta quiere que moldeemos nuestro comportamiento.

Vemos entonces que algunos de los supuestos presentes en la selección del contexto, coordinan con los anotados en los supuestos manifiestos del emisor como resultado del estímulo de ciertos fenómenos, pero aparecen otros que son relevantes porque causan efectos en el entorno cognitivo del destinatario, aportan al reconocimiento de la intención informativa del emisor y su procesamiento no es muy amplio. Esto último, se debe a que la información para hacerlos manifiestos no es inventada, surge de la experiencia y el contacto con el entorno físico en que se produce el enunciado.

Por otra parte, en la ampliación de ese contexto, el entorno físico es el principal medio para que se de ésta, pues el destinatario añade información sobre lo inmediatamente observable, ayudando con ello a la interpretación del sentido que quiere expresar el emisor. Claro que el entorno físico no es la única fuente de ampliación, pues el destinatario también añade a) entradas enciclopédicas, esto es, conceptos que están en el contexto elegido (los supuestos viejos elegidos) o en el supuesto que se procesa. b) otros supuestos empleados con anterioridad en otros procesos de interpretación. Apliquemos esto aleatoriamente a los datos.

En “Edgardo hace frío” del entorno físico, el participante Edgardo como destinatario del enunciado puede añadir la siguiente información: en realidad el frío afecta la concentración de Martha, es el aire acondicionado quien lo está causando y ella me ha percatado de eso.
También puede añadir las siguientes entradas enciclopédicas: el frío excesivo afecta física y emocionalmente a las personas, el aire acondicionado mal manejado puede causar frío excesivo y yo puedo hacer algo para mejorar la situación. Por último, adiciona los siguientes supuestos derivados de interpretaciones anteriores: cuando alguien tiene frío por el aire acondicionado quiere que suba la temperatura del aire o que lo apague.

Así pues, hecho todo ese proceso de inferencia, de elección y ampliación del contexto, Edgardo como destinatario, cognitivamente reconoce la intención informativa del emisor Martha, Martha con el estímulo ostensivo “Edgardo hace frío” quiso que yo supusiera “sube la temperatura al aire o apágalo” y procede por voluntad propia a hacer la acción física.

En “Hay que lavar el enfriador”, los hijos como destinatario de este enunciado, pueden añadir la siguiente información del entorno físico: el enfriador sucio afecta el espacio en el que se encuentra, dado que está en la sala de la casa es preferible mantenerlo limpio que sucio. De igual forma, puede añadir las siguientes entradas enciclopédicas: el enfriador sucio puede causar contaminación de los alimentos, papá tiene autoridad para mandar, por ello no está informando nos está mandando. También adiciona los siguientes supuestos derivados de otras interpretaciones similares: cuando papá dice hay que hacer esto quiere que alguien lo haga, dado que los hermanos mayores casi nunca obedecen, quien debe hacerlo es el menor.

Por esto último, quien termina convirtiéndose en el destinatario directo del enunciado es el menor de los hermanos y el cumplimiento de la intención informativa del padre como emisor, queda en manos de él, en últimas es a este destinatario a quien le toca ejecutar la orden lava el enfriador, simbolizada y en cierta medida mitigada con la afirmación Hay que lavar el enfriador.


También en, “El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen” expreso en el baño de una empresa, los usuarios del baño como destinatarios del mismo, pueden añadir la siguiente información: el estado del baño denota el comportamiento de sus usuarios, el mal uso que se le ha dado genera la suciedad del baño.
Esta información se puede complementar con las siguientes entradas enciclopédicas: Familia es una empresa que distribuye productos de aseo y se preocupa por el buen uso de ciertos espacios en las empresas, incluido el baño. Esa empresa asume el comportamiento en X espacio como el espejo de quienes lo usan, cuando evalúan mi comportamiento como un espejo que me refleja esperan que lo moldee y Familia como empresa de aseo, espera que los usuarios cambien su comportamiento en los baños.

Así entonces, procesadas estas ampliaciones en relación con los supuestos del contexto inicial, el destinatario tiene la posibilidad de hacer lo que el emisor espera que haga, sea reflexionar sobre su comportamiento o moldear el mismo, o, en caso de no felicidad del acto de habla, ignorar la declaración que hace la empresa Familia al usar como estilo una frase escrita por Goethe.

Se observa entonces, que la interpretación de un enunciado depende del destinatario, depende del proceso de inferencia que él realice como respuesta a un estímulo ostensivo realizado por el emisor, el cual genera como resultado que el destinatario asuma como verdadero el o los supuestos que éste (el emisor) ha querido hacer mutuamente manifiestos con la emisión de un enunciado.

Dicha aceptación del carácter de verdadero de los supuestos, casi siempre es efectiva porque el destinatario al recibir el estímulo del emisor, que ostensivamente usa enunciados que comportan actos de habla indirectivos, no los decodifica a fin de entender los significados proposicionales de ellos; sino que los interpreta inferencialmente, eligiendo y ampliando ciertos contextos, a fin de descubrir que supuestos son los que el emisor expone como verdaderos y qué intención informativa pretendía transmitir en el contexto en el que él quería que se procesaran. Sperber y Wilson (P.146 Ss)

En fin, el resultado de este proceso no solamente es que el destinatario, es consciente de lo siguiente: un emisor X afirma Y cosa. Sino que después de elegir el contexto C y de ampliarlo con las nuevas informaciones y supuestos P, él llega a un nuevo supuesto interpretativo: el emisor X cuando emite Y cosa, quiere que yo suponga Z y ejecute Z: Apagar el aire acondicionado, irse de un lugar o a dormir, revisar la llave del gasoducto, lavar el enfriador, invitar a salir, vaciar el baño después de usarlo o moldear el comportamiento en los baños.


CONCLUSIONES

Normalmente cuando se escribe una conclusión se anotan las reflexiones finales acerca del fenómeno que se ha estudiado; sin embargo, este no es el caso, pues en este texto antes que puntos de llegada en lo que refiere a la pregunta planteada al inicio, se han alcanzado puntos de partida para investigaciones más concienzudas. Esto, en el sentido que a los aprendizajes alcanzados sobre el proceso de comunicación ostensivo – inferencial, se les puede plantear algunos interrogantes, veamos.

Un aprendizaje que se alcanzó refiere al papel del emisor en el proceso de comunicación ostensivo – inferencial, él realiza un proceso de ostensión, en el que con el uso de enunciados que contienen actos indirectos expresa una conducta ostensiva. Para dicha conducta, el emisor, toma como punto de partida unos supuestos acerca de qué código y qué información contextual son relevantes para el destinatario, con el fin de atraer la atención de éste hacia aquel fenómeno o aspecto del entorno fisco que le ha servido de estimulo. Por ello, este tipo de enunciados se constituyen en estímulos ostensivos que conllevan una intensión informativa y dan pie a un proceso de inferencia por parte del destinatario.

No obstante a este aprendizaje se le pueden formular algunos interrogantes: ¿Qué procesos deductivos se llevan a cabo por parte de las personas para determinar la relevancia de un estímulo en el entorno? ¿Cómo tales procesos deductivos aportan una base lógica para que se emitan actos de habla indirectos como estímulos ostensivos?

Por otra parte, en lo que refiere al proceso de inferencia por parte del destinatario se alcanzó el siguiente aprendizaje: quien ejerce el rol de destinatario en un acto comunicativo, entiende el acto de habla indirecto aunque el enunciado que oye literalmente significa otra cosa, porque en el proceso inferencial el descubre los supuestos que el emisor le quería hacer manifiestos. Para esto, él cognitivamente selecciona el contexto que le permite interpretar el enunciado y luego lo amplía a partir de información de otras fuentes.

Sin embargo, al igual que se hizo con el proceso de ostensión, a éste también se le puede plantear interrogantes: ¿Cuáles son las implicaturas que surgen en la memoria del proceso deductivo para la interpretación de enunciados que contienen actos de habla indirectos? ¿Cómo estas implicaturas aportan una base lógica para la interpretación de ese tipo de enunciados? ¿Cómo se explicaría la implicación contextual en el proceso de inferencia para la comprensión de actos de habla indirectos?


REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS


Escandell, V. (2003). Introducción a la Pragmática Barcelona: Ed. Ariel S.A.

Lozano, J. PEÑA-Marín, C. y Abril, G. (1999). Análisis del discurso: hacia una interacción semiótica de la interacción textual. Madrid: ediciones Cátedra.

Sperber, D. y Wilson, D. (1986). La relevancia Harvard University: Versión en español. Madrid: Visor Dis., S.A. 1994.